miércoles, 3 de abril de 2019

El Contemplado, de Pedro Salinas (análisis del poema)

Todo más claro (Pedro Salinas)

Pedro Salinas
El poema, de Todo más claro

"Y ahora, aquí está frente a mí.
Tantas luchas que ha costado,
tantos afanes en vela,
tantos bordes de fracaso
junto a este esplendor sereno
ya son nada, se olvidaron.
Él queda, y en él, el mundo,
la rosa, la piedra, el pájaro,
aquéllos , los del principio,
de este final asombrados.
¡Tan claros que se veían,
y aún se podía aclararlos!
Están mejor; una luz
que el sol no sabe, unos rayos
los iluminan, sin noche,
para siempre revelados.
Las claridades de ahora
lucen más que las de mayo.
Si allí estaban, ahora aquí;
a más transparencia alzados.
¡Qué naturales parecen,
qué sencillo el gran milagro!
En esta luz del poema,
todo,
desde el más nocturno beso
al cenital esplendor,
todo está mucho más claro. "

Razón de amor (Pedro Salinas)

Razón de amor

[Poema - Texto completo.]
Pedro Salinas

¿Serás, amor
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el primer encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y solo un día.
Amor es el retraso milagroso
de su término mismo;
es prolongar el hecho mágico
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primer condena de la vida.
Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.
Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo, altísimo, temblando.
Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales:
es de antes, de después.
Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara.
Y que lo más seguro es el adiós.

Poemas de Salinas

SI ME LLAMARAS, SÍ…
¡Si me llamaras, sí,
si me llamaras!
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
-¡si me llamaras, sí, si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde a voz que dice: “No te vayas.”

Comentario de texto la voz a ti debida (Pedro Salinas)

Comentario de Para vivir no quiero

                   Para vivir no quiero
                  islas, palacios, torres.
                  ¡Qué alegría más alta:
                  vivir en los pronombres!
                  Quítate ya los trajes,
                  las señas, los retratos;
                  yo no te quiero así,
                  disfrazada de otra,
                  hija siempre de algo.
                  Te quiero pura, libre,
                  irreductible: tú.
                  Sé que cuando te llame
                  entre todas las gentes
                  del mundo,
                  sólo tú serás tú.
                  Y cuando me preguntes
                  quién es el que te llama,
                  el que te quiere suya,
                  enterraré los nombres,
                  los rótulos, la historia.
                  Iré rompiendo todo
                  lo que encima me echaron
                  desde antes de nacer.
                  Y vuelto ya al anónimo
                  eterno del desnudo,
                  de la piedra, del mundo,
                  te diré:
                  “Yo te quiero, soy yo”.

                  Pedro Salinas, La voz a ti debida, 1933.
(Localización)
El poema es uno de los más conocidos de Pedro Salinas que  apareció publicado en su libro La voz a ti debida. Se trata de un libro de poesía de vanguardia de la segunda etapa del poeta, en la que alcanza su madurez lírica marcada por este poemario y Razón de Amor (1936). En ambos libros, el amor es el tema central de la mayoría de las composiciones, pero la mujer a la que van destinados los versos es una pura idealización, es una y todas las mujeres a la vez. El estilo y el lenguaje, como decimos, lo sitúan en el ámbito de la poesía pura de las vanguardias del primer tercio de siglo XX. 
(Tema)
El amor que une a dos amantes en lo que tienen de únicos, auténticos y especiales, por debajo de lo superficial e innecesario.
(Estructura)
La métrica es sencilla, sigue una regularidad en la medida del verso, pero no en la rima. El poema está formado por versos heptasílabos que no se agrupan en estrofas y que tampoco tienen rima. Junto a estos hay dos versos muy cortos: el verso número 14 que es trisílabo y el verso número 27, tetrasílabo. No es un capricho, ambos están colocados en puntos claves del poema para introducir contenidos importantes.
En cuanto al contenido se distribuye en tres partes claramente:
  • Los primeros 4 versos sirven como introducción. En ellos se concentra el tema central de toda la composición
  • Del verso 5 al 15 están dirigidos al “tú”, la amada, a quien pide se despoje de todo, se convierta en esencia
  • Y del 16 hasta el final, se repite el proceso, pero en este  caso con el “yo”, el poeta-amante.
(Comentario)
Los primeros cuatro versos, como decíamos, introducen el tema principal. Los dos primeros niegan de manera rotunda la necesidad de cosas materiales para vivir y por tanto ser feliz (“islas, palacios, torres”). Por contraste,  los dos siguientes proclaman lo único que realmente es necesario para vivir: “no hay alegría más alta/ que vivir en los pronombres”.  Los versos van entre signos de exclamación para expresar de un modo exaltado su verdad. Por otra parte, lo de “vivir en los pronombres” provoca extrañeza, curiosidad en el lector y resulta un poco como un juego, ¿los pronombres? que raro, pensamos.  Luego, después de leer el poema, veremos que se refiere a “tú” y “yo”, a las dos personas que se aman.
La siguiente parte del poema (versos 5-15) continúa con una petición: “quítate ya los trajes, las señas, los retratos“.  Es decir, despréndete de todo lo innecesario, pero que es inherente a la persona, como son las convenciones sociales, la personalidad o la imagen personal. Debe hacerse porque como se afirma en los versos 7-9 “yo no te quiero así” “hija siempre de algo” que aluden, de nuevo, a las circunstancias externas, la posición social, las costumbres o las modas. Al igual que sucedía en los versos de la introducción, primero se niega lo que provoca rechazo para a continuación afirmar lo que se desea: “Te quiero pura, libre, / irreductible: tú“. Los tres adjetivos que siguen al verbo querer son la clave de lo que busca el poeta. La quiere  “pura”, no contaminada por los convencionalismos sociales, la acción del tiempo y la historia, también; “libre” es decir, dueña de sí misma y , por último, la quiere “irreductible”: en el doble significado de no poder reducirse más, de ser pura esencia y, a la vez, que resiste, que no se deja reducir o vencer por los demás. Estos tres adjetivos desembocan, como resumen, en el pronombre: “tú”. El pronombre representa, para el poeta, lo que una persona tiene de única e irreemplazable.
Una vez identificado el objeto de deseo que es esa mujer única y pura, el poeta va a su encuentro y desea que responda a su llamada, versos 12-15: “Sé que cuando te llame / entre todas las gentes / del mundo…”. El verso tetrasílabo, “del mundo”,  es el puente  que conduce al resultado final del proceso: “sólo tú serás tú“.
La última parte desarrolla un proceso equivalente al de  la parte anterior, pero ahora es la promesa de liberación y purificación del yo.
Cuando se produzca el encuentro de los amantes (” Y cuando me preguntes/ quién es el que te llama, / el que te quiere suya… “), el poeta se habrá despojado de todos los problemas rutinarios, complejos, apariencias…: “los nombres, / los rótulos, la historia“; los condicionamientos familiares y sociales: “lo que encima me echaron / desde antes de nacer“, para poder encontrarse con ella también puro e irreductible: “Y vuelto ya al anónimo / eterno del desnudo…”.
De nuevo, como en los versos finales de la parte anterior, un verso corto seguido de una pausa destaca el último verso del poema que es análogo al de “Sólo tú serás tú” y es también la conclusión del proceso de transformación del poeta: “Yo te quiero, soy yo”.
Para dar forma al poema, el autor se ha valido de unos cuantos recursos, pocos y básicos, pero que producen el efecto expresivo deseado. Destaca el uso de la enumeración un tanto caótica que está presente en las tres partes del poema: en la introducción con las “islas, palacios, torres”. En la primera parte: “señas, trajes, retratos”; “irreductible, pura, libre”. Y en la parte final: “los nombres, los rótulos, la historia”. Estas enumeraciones transmiten el estado de ánimo exaltado del poeta, a la vez que sirven para resumir magistralmente todo un conjunto mucho más amplio de conceptos que se encierran bajo estas breves notas. 
 (Conclusión)
El poema representa de manera admirable la poesía amorosa de Pedro Salinas: sentimientos sinceros tratados en profundidad, búsqueda de la abstracción a través de las palabras, universalización del amor y de la mujer amada que es a la vez una concreta y todas ellas. Es un buen ejemplo de poema redondo en el sentido de que forma y fondo, continente y contenido se comunican de manera admirable: el tema es el amor puro, idealizado, casi abstracto, y para expresarlo se elige una expresión sencilla, “pura” que se apoya en la abstracción de las palabras.

Poemas de Rafael Alberti

Poema "Cal y canto" de Rafael Alberti

Madrigal al billete de tranvía


Adonde el viento, impávido, subleva
torres de luz contra la sangre mía,
tú, billete, flor nueva,
cortada en los balcones del tranvía.

Huyes, directa, rectamente liso,
en tu pétalo un nombre y un encuentro
latentes, a ese centro
cerrado y por cortar del compromiso.

Y no arde en ti la rosa, ni en ti priva
el finado clavel, si la violeta
contemporánea, viva,
del libro que viaja en la chaqueta.





Comentario de texto Rafael Alberti "El mar"

El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre, 
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste 
del mar?
En sueños la marejada 
me tira del corazón; 
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste 
acá?
Gimiendo por ver el mar, 
un marinerito en tierra 
iza al aire este lamento: 
¡Ay mi blusa marinera; 
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!



Comentario de texto sobre "El mar la mar" 

Estructura 

 Nos encontramos ante un poema escrito en verso: once versos estructurados en cinco estrofas, (cuatro de ellas son estrofas que cuentan con dos versos y la cuarta tiene tres versos). La primera estrofa presenta la idea central del poema: el mar. La segunda, tercera y quinta estrofas plantean la pregunta al padre de por qué se tienen que trasladar a la ciudad dejando atrás su pueblo marinero: “¿por qué venir a la ciudad, abandonar el mar, venir acá?” La cuarta estrofa enlaza con la idea de la primera aunque se encuentre en la ciudad, la mente del poeta permanece en el mar. ¡Sólo la mar! 

Tema 

 Añoranza que tiene Rafael Alberti al mar.

 Resumen 

 El poeta adora el mar y le pregunta en varias ocasiones a su padre por qué razón vinieron a la ciudad y abandonaron su pueblo marinero. 

 Comentario crítico 

 Este poema de Rafael Alberti (1902-1999) pertenece a su libro Marinero en tierra, publicado en 1924 y con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura. En esta obra Alberti presenta el mar como símbolo de un lugar deseado y añorado al que quisiera regresar. Se trata de un contraste entre su infancia marinera y su juventud en la ciudad, entre el mar y la ciudad. El poema está formado por once versos de arte menor, con predominio del octosílabo y rima asonante en “a” en el último verso de cada estrofa, y también presenta una métrica irregular. Recuperó la poesía de cancionero de los primeros años de la generación del 27, a la que el poeta perteneció como uno de sus miembros más destacados. El autor utiliza un vocabulario sencillo, de exclamaciones, de repeticiones... este poema está situado en la línea de la poesía cancioneril de la lírica española de los siglos XV y XVI. Alberti acierta con la forma para expresar la nostalgia del mar, de ese mar conocido y vivido -el de su ciudad natal-, y que se convierte desde su obligado traslado a Madrid en un “paraíso perdido” que sueña recuperar. Tras analizar este poema podemos sacar la conclusión de los sentimientos que le pueden ocasionar a un joven al tener que trasladarse a otro lugar (en este caso a la ciudad), dejando atrás la infancia que tenía en su pueblo natal.

 Mi opinión personal 

 Pienso que es un poema breve pero con mucho sentimiento , y probablemente muchos exiliados que se fueron de España durante la guerra civil hayan pasado el mismo dolor de dejar su ciudad natal.

martes, 2 de abril de 2019

BELLEZA EN LOS 90 KETE MOSS

MUJER EN LOS AÑOS 80

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