jueves, 22 de febrero de 2018

Comentario de texto resuelto selectividad Antonio Machado

Comentario de Texto resuelto selectividad Juan Ramón Jiménez "La carbonerilla quemada" año 2012

Comentario de texto de Juan Ramón Jiménez Selectividad

COMENTARIO DE TEXTO DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Poema del libro ELEJÍAS LAMENTABLES, de Juan Ramón Jiménez.
¡Infancia! ¡Campo verde, campanario, palmera,
Mirador de colores: sol, vaga mariposa
Que colgabas a la tarde de primavera,
En el cenit azul, una caricia rosa!
5- ¡Jardín cerrado, en donde un pájaro cantaba,
Por el verdor teñido de melodiosos oros;
Brisa suave y fresca, en la que me llegaba
La música lejana de la plaza de toros!
…Antes de la amargura sin nombre del fracaso
10-Que engalanó de luto mi corazón doliente,
Ruiseñor niño, amé, en la tarde de raso,
El silencio de todos o la voz de la fuente.
LOCALIZACIÓN
En torno a 1888 surge en España e Hispanoamérica un movimiento cultural como consecuencia de la crisis universal que se estaba Produciendo con la disolución del siglo XIX, denominado Modernismo. Esta crisis habría de manifestarse en el arte, la literatura, la ciencia, la religión, la política y en otros muchos aspectos, representando así un verdadero cambio histórico. En literatura este movimiento representó una ruptura con la estética vigente y un gran afán de renovación estética. La critica actual ha coincidido en ver, en las ralees de esta literatura, un profundo desacuerdo con las formas de vida, de la civilización burguesa. Ese rechazo de la literatura vigente les hizo volver Los ojos hacia otras literaturas, con especial atención a tos románticos como Víctor Hugo y a las corrientes francesas como el Parnasianismo y el Simbolismo. De este modo el Modernismo hispánico toma de los parnasianos franceses la concepción de una poesía de gran belleza, el anhelo de perfección formal, los temas exóticos y los valores sensoriales. Y de los simbolistas, la visión simbolista de la vida, el arte de sugerir y la búsqueda de efectos rítmicos dentro de una variadamusicalidad,entre otras cosas. También recogen influencias de escritores norteamericanos como Edgar Allan Poe, mode Lo de perfección y de misterio, ingleses como Oscar Wilde e italianos como Gabrielie D’Anunzio lodas esta influencias derivan del despego de lo español más inmediato, (habrá una gran excepción, la influencia de Bécquer)aunque no de la tradición medieval hispánica .
La temática del Modernismo apunta en dos direcciones. La más señalada es la que atiende a la exterioridad sensible (lo Legendario y Lo pagano, lo exótico, etc); sin embargo, todo el lo no es mas que una parte de la temática modernista, y no la más import ante. La otra linea apunta a la intimidad del poeta, con su vitalismo y so sensualidad, pero también con su melancolía y su angustia. Es a partir de este segundo punto como se desarrollara el sentido unitario de la temática del Modernismo.
Juan Ramón Jinénez fue un escritor dedicado por completo a su obra y a una exigente e inacabable persecución de la belleza. Hay, por tanto,una permanente inquietud y una constante búsqueda, que explican su peculiar evolución. En esta trayectoria ininterrumpida, suelen distinguirse tres etapas: una primera eapa Hamaca sensitiva, una segunda etapa llamada intelectual y una tercera llamada “suficiente”o “verdadera”, según sus propias palabras. Juan Ramón ,Jiménez empieza a escribir cuando se está desarrollando en España el Modernismo, por lo que se ve influenciadoen cierta medida por dicho movimiento sobre todo en su primera etapa como escritor, la llamada sensitiva.
En esta primera etapa que va desde sus comienzos hasta el año 1915 aproximadamente se observa una clara influencia de Bécquer, como en su libroArias tristes (1903), y también se acusa muy pronto, como he dicho anteriormente, el influjo modernista. De esta etapa son sus Elejías, una trilogía escrita en 1910, dividida en “puras”, “intermedias” y “lamentables”.
Como he dicho anteriormente el Modernismo hispánico llevado por un rechazo de la literatura española de finales de siglo, recoge influencias de otras literaturas. Pero la influencia de Bécquer y de los románticos, en general, es muy importante.
De este modo se ha dicho que existe un especie de “filiación romántica” del Modernismo. En efecto, son notables las afinidades entre románticos y modernistas: análogo malestar, análogo rechazo de una sociedad en la que no haya lugar la poesía, parecida sensación de desarraigo, de soledad, etc. Hay también una preocupación por la muerte y la fugacidad de las cosas, de la vida.
También como el romántico, el modernista cree que la literatura, la poesía, pueden ofrecer consuelo o evasión de la realidad. Y buscan una evasión en el tiempo y en el espacio. La realidad es tan horrible para ellos como para los románticos. Existen, de igual modo, manifestaciones de tedio y profunda tristeza; la melancolía es un sentimiento central. El poeta hallará motivo para encontrarse o mostrarse melancólico en todo: frente a la mujer, frente a la vida, analizándose interiormente.
Estas características influirán definitivamente en Juan Ramón Jiménez y se sentirá identificado con ellas en su primera etapa como a o largo de toda su obra. Cabe destacar como pasa de escribir primero unas Arias tristes y cómo esa tristeza va derivando en otra mayor en Elejías lamentables. Una aria es un canto triste pero una elegía va dirigida a una persona muerta, lo que la hace todavía más triste. Además son “lamentables” en el sentido de que pueden producir todavía más lamento, más llanto. En este libro la hermosura del mundo se acrecienta por contraste con la realidad del alma, con la melancolía del poeta. Es un libro, como los dos restantes que componen la trilogía, de nostalgias a donde asoma la infancia, el amor, imágenes del pasado inmediato, envuelto todo en una neblina coloreada, que al hermosear lo de ayer, hace más turbio y gris el presente.
MÉTRICA
En cuanto a la métrica, podríamos decir que el poema está compuesto predominantemente por versos de arte mayor de catorce sílabas, llamados alejandrinos. El alejandrino es el verso preferido del Modernismo aunque enriquecido con nuevos esquemas acentuales y con predominio de los ritmos muy marcados. Además con estos se combinan por vez primera los versos trimembres. Son muchas las modalidades que los modernistas inventan o toman de la métrica francesa. Así, el soneto recibe un tratamiento especial: se escriben sonetos de los más variados versos, especialmente en alejandrinos, pero también versos de desigual medida o con disposición variada de las rimas. Con todo, lo esencial es no limitarse a las estrofas consagradas.
En este poema veremos cómo Juan Ramón Jiménez recoge muchos de esos rasgos modernistas.
ESTRUCTURA
El poema está dividido en tres estrofas de cuatro versos cada una con rima consonante en todo el poema, llamadas serventesios. Por ello podría tratarse de un ejemplo de esa especie de soneto distinto innovado por los modernistas que intenta alejarse en cierta medida de las estrofas consagradas.
El poema está estructurado en dos partes fundamentalmente:
A- Descripción de la infancia. Evocación nostálgica de la inocencia y felicidad perdidas.
(vv. 1 al 8).
B- Descubrimiento de la realidad y desengaño subsiguiente. (vv. 9 al 12).
Aunque el poema esté claramente dividido en dos partes, cabe destacar que en los dos últimos versos del poema, el poeta alude de nuevo a su infancia y vuelve a describir una parte de ella.
TEMA
El tema expresado a través del poema es el profundo desengaño y la desilusión que siente el hombre ante la realidad de la vida. De niño la vida se le presenta envuelta en una imagen encantadora, de libertad, de belleza, de sencillez ,etc. En cambio, cuando ese niño crece la realidad se le presenta de golpe para decirle bruscamente la verdad, para decirle cómo es ella en realidad. Entonces ese niño se va dando cuenta de que la vida ya no es tan encantadora, ni tan bella, sino horriblemente real, con sus encantos y sus defectos, pero real y va dejando, por tanto, de ser niño. La vida ya no se le presenta envuelta en un mágico manto, la niñez, sino tal y como es. Entonces se produce el desengaño, la desilusión y el desconsuelo. La descripción idealizada de su infancia permite al poeta mostrar y señalar lo cruel y doloroso de conocer la realidad de la vida.
ANÁLISIS DE LA FORMA PARTIENDO DEL FONDO (TEMA)
Este poema pertenece al libro Elejías lamentables, lo que advierte desde el principio de su tono triste y doloroso.
Una exclamación encierra toda la primera parte del poema. El objetivo de este tono exclamativo es señalar las palabras que contiene. Este tono además, crea la sensación de que el autor habla desde el presente de su infancia y de todas las cosas con las que la identifica, con añoranza, con tristeza quizá porque en ese presente esas cosas no son las mismas. Mediante ese tono exclamativo advertimos que el poeta está hablando de algo importante para él, su infancia. Por ello, “infancia” es la palabra con la que abre el poema y así su primera parte y además una pieza clave para entender el poema. Ese es el motivo de que sea el único componente de la primera exclamación ya que merece ser señalada de una manera especial. A partir de esa primera exclamación y hasta el octavo verso el poeta irá describiendo cómo era su infancia, y lo hará a través de la enumeración, entre otros recursos.
Gracias a ella, las palabras aparecerán situadas en el texto de una manera especial, es decir, colocadas en aparente desorden, inconexas y separadas por comas, de tal modo que parecen estar escritas tal y como los recuerdos se agolpan en la mente del escritor. Sin embargo, mantienen un orden en cuanto a que todas ellas describen y forman parte de su niñez. En la primera estrofa el poeta habla de un “campo verde”, podría ser grande, seco o cualquier otra cosa pero elige un color, el verde, para simbolizar el color que tiene el campo cuando florece.
Habla del “sol”, de una “mariposa” y de un “cenit azul”, existiendo en últimos términos una metáfora del cielo. Todos ellos son elementos que componen, como dirá más tarde el poeta, una típica tarde primaveral. Todo ello y la utilización además de palabras como “campanario”, resulta muy sugerente y demuestra que Juan Ramón Jiménez trabajaba mucho sus poemas de manera que, como vemos aquí, con escasos elementos que aluden a partes simbólicas de cualquier pueblo hace posible imaginar y aproximarse fácilmente a esa infancia.
Podemos comprobar también cómo Juan Ramón Jiménez hace una fusión de las influencias tomadas del Parnasianismo y el Simbolismo y mezcla por un lado el anhelo de perfección formal y por otro el arte de sugerir. Como he dicho anteriormente, hay en el autor modernista un deseo de evasión de la realidad en el espacio, conocida como “exotismo”. Los temas exóticos son además frecuentes en el Parnasianismo francés. Podría deducirse entonces que Juan Ramón Jiménez recoge en la palabra “palmera” esa influencia y la utiliza en el poema para dotar al paisaje de su infancia de un valor sugerente, exótico. Sin embargo, las palmeras no son exclusivas de países exóticos y muy probablemente existieran en su pueblo natal por lo que no parece tener aquí un claro significado exótico.
La utilización de un verso trimembre, el segundo, el tono de exclamación de toda la primera parte, la separación con comas y la rima consonante hacen que el poema tenga cierta musicalidad, cierto ritmo, característica claramente simbolista. En este verso trimembre el autor habla de un “mirador de colores”, que puede representar un mirador real desde el cual el poeta de niño observara panorámicamente su pueblo cubierto de color, del color que trae consigo la primavera, o simplemente una montaña alta a la cual él se asomara y desde donde veía su pueblo. Pero en sentido metafórico se está refiriendo de nuevo a su infancia.
El poeta quiere expresar que su infancia era el único modo a través del cual poder mirar la naturaleza, el mundo y verlo lleno de colores, de belleza y sentirse completamente feliz. Mediante una metáfora aposicional el autor identifica el sol con una mariposa que intenta inútilmente, con el color de sus alas o tal vez con su belleza -quizá se refiere a eso cuando dice “rosa”- poner una nota de color que contraste con el gran azul del cielo. El sol, como la mariposa intenta con sus rayos dar un tono diferente en contraste con el del cielo. Pero sus rayos sólo consiguen dar una “caricia rosa”. Los rayos del sol, simbolizados posiblemente en las alas de la mariposa, son rosas por lo que pierden toda la fuerza e intensidad de su color originario.
Está muy bien empleado aquí el verbo “colgabas” porque además de advertirnos de que durante esta primera estrofa el poeta está hablando de algo que ocurría en el pasado, simboliza de forma insólita como el sol, según lo vemos nosotros, está colocado en la parte más alta, en el “cenit” del cielo, como si estuviera colgado. Como he dicho anteriormente, el poeta a través de esta magnífica metáfora el quiere expresar casi hiperbólicamente que el sol representa tan sólo una pequeña nota de luz comparado con la intensidad del azul del cielo de esa tarde de primavera. Es tan leve su color que parece una pincelada, una “caricia”.
Existe en el último verso una sinestesia en los términos “caricia rosa” que contribuye a señalar el sentido de la metáfora. El color que desprende el sol es una pincelada y además rosa, es decir, leve, suave. Aparece en esta parte del poema el azul como color máximo, como el más intenso, como el más predominante.
El azul era el preferido de los románticos y para los simbolistas representaba lo ideal, la verdad que se haya oculta tras la apariencia de los objetos. Para los simbolistas el mundo de lo sensible es sólo un reflejo o símbolo de las realidades escondidas y la misión del poeta es descubrirlas. Por ello su poesía pretende sugerir todo cuanto está oculto en el alma o en las cosas. Juan Ramón Jiménez influenciado enormemente por el Simbolismo francés, como explicaré más tarde, también creía en la existencia de una esencia oculta tras la apariencia de las cosas. Por ello, cultiva a través de su poesía ese llamado “arte de sugerir”, mediante elencadenamiento de las metáforas en una sucesión detallada y con abundancia de pormenores que reflejan múltiples sensaciones, como estamos viendo en este poema.
Aparecen en esta primera estrofa colores como el verde, el azul y el rosa. Son todos ellos colores claros, suaves, cálidos, que dan sensación de calma, de tranquilidad, de quietud, lo que concuerda perfectamente con la imagen que muestra el autor través del poema de la tarde primaveral.
Una nueva exclamación encierra la segunda estrofa del poema y por sus palabras veremos que el autor continúa describiendo su infancia. Habla el poeta de un “jardín cerrado” que puede hacer alusión a un jardín real y de nuevo, de forma metafórica a su infancia. Esta es para él como un jardín donde solamente están él, un pájaro, la brisa y una música conocida. Es un lugar donde la realidad no puede entrar y donde él se siente a gusto, tranquilo, seguro, feliz. Aparece el verbo en pasado “cantaba” que vuelve a advertirnos de que el poeta está hablando de algo que ocurría en el pasado. En ese pasado todo era muy tranquilo, un pájaro cantaba, corría un brisa “fresca y suave” – adjetivos que la convierten en agradable y placentera ya que se trata de una tarde primaveral- y además desde allí le llegaba una música conocida. El se encontraba, por tanto, en un ambiente que le era familiar y que le gustaba. En su infancia sólo había sitio para la tranquilidad, la música, en definitiva, para lo agradable y lo placentero. El autor identifica su infancia en esta segunda estrofa con una especie de paraíso particular. Hay en el sexto verso una metáfora en “melodiosos oros” que resulta muy sugerente. A través de ella el autor nos dice que el verde de su jardín se veía coloreado por el color del sol. Es decir, que los reflejos de los rayos del sol hacían que el verde de ese jardín se viese por momentos de color dorado y brillante.
Hay también en los términos “melodiosos oros”, una sinestesia que contribuye a dar una imagen perfecta de como el verde del jardín se veía más o menos coloreado según la mayor o menor intensidad de esos rayos. Es decir, que el movimiento de los rayos del sol se reflejaba en lo verde como si estuviesen siguiendo las notas de una melodía tocada por el sol. Aparecen en esta estrofa elementos como “cantaba”, “música” y “melodiosos”, claramente musicales. Todo ello parece sugerir que él se encontraba rodeado por una especie de melodía y de un ambiente agradable; el ambiente ingenuo y tranquilo de la niñez. Pero todo esto ocurría en el pasado antes de llegar a adulto y conocer la realidad.
Cabe destacar el adverbio de tiempo “antes” porque además de iniciar la tercera estrofa del poema divide claramente sus dos partes. Hasta ahora había hablado de cómo era su vida durante su infancia y en esta última estrofa describe la experiencia horrible de descubrir la realidad y los amargos sentimientos que eso le produce.
El autor llama a ese descubrimiento o consciencia de la realidad, “amargura sin nombre”, porque poco a poco va descubriéndola y un día se da cuenta de que las cosas no son como él las veía y sentía y de que todo parece haber cambiado. Este descubrimiento le produce un enorme dolor, un dolor que antes nunca había experimentado, ya que antes no conocía la verdad. Por ello no puede llamarlo tristeza, desengaño o cualquier otra cosa, no puede darle nombre porque es un sentimiento nuevo, más fuerte que los anteriores y no puede describirlo, no puede describir lo que sintió en aquellos momentos. Ese sentimiento le hace pensar que todo ha cambiado pero en realidad las cosas son siempre iguales, solo que a partir de que es consciente de la realidad las mira desde otro punto de vista y para él nunca serán las mismas. El campo, el campanario, el jardín, siguen estando en el mismo lugar, pero ahora no lo disfruta de la misma forma y por ese mismo motivo los idealiza.
Cabe destacar los dos primeros versos de la última estrofa y con ellos la palabra “fracaso”, ya que son los que encierran la clave temática del poema. Resulta muy acertado el empleo de la palabra “fracaso” porque expresa muy bien ese sentimiento de impotencia que siente el poeta al descubrir la realidad. Él se siente como si la culpa hubiese sido suya por creer en la vida tal y como se le mostraba de niño, por creer en su engañosa y dulce apariencia. Describe además esta palabra perfectamente sus sentimientos en ese momento de desilusión , desengaño, desconsuelo. Además ese dolor fue tan profundo que hizo que su corazón cerrara las puertas a la ilusión y se vistiera de luto en memoria de los momentos felices de su infancia. A partir de entonces, él se convirtió irremediablemente en adulto. Y de tal forma le entristeció ese sentimiento que su corazón aún esta “doliente”. Con este verbo en el autor simboliza muy bien que su corazón aún no se ha recuperado, que aún está dolido, que la herida sigue abierta. El paso de niño a adulto es tan cruel que nunca podrá recuperarse y siempre recordará su infancia con añoranza.
En el undécimo verso vuelve a utilizar el autor el verbo en pasado para recordar su infancia. Podría decirse que este poema tiene una estructura circular puesto que en los dos últimos versos el autor vuelve a describir un momento de su infancia. En la primera estrofa habla de ella, de lo que ocurría antes de conocer la vida tal y como es. Y en la última estrofa, en los dos primeros versos habla de lo que ocurrió entonces y un poco del presente y en los dos últimos habla de que antes de que eso ocurriera él “amó”- vuelve a utilizar el verbo en pasado- el “silencio de todos” y de todo lo que le rodeaba porque le permitía observar con calma toda la belleza que la naturaleza y la vida a través de ella le ofrecían.
En este verso pueden advertirse dos posibles interpretaciones. Podría decirse, por una parte, tomando la “o”, como conjunción disyuntiva, que los dos términos paralelísticos que componen el verso van separados, y entonces debería entenderse que él amaba el silencio de la gente o la voz inexistente de la fuente y, por tanto, más silencio. Por otra parte, creo que los dos términos van unidos formando una misma idea. Es decir, que lo que el autor pretende decir es que en esa tarde de “raso” él amaba tanto el silencio para contemplar la naturaleza y la vida en todo su esplendor como la voz de la fuente, es decir, el leve ruido de su caño de agua cayendo y creando una maravillosa musiquilla puesto que este sencillo hecho llegaba él con la misma intensidad. De nuevo utiliza el autor palabras, en este caso antitéticas, para transmitir de una forma hermosa ese silencio, esa paz. Identifica el autor en este verso la tarde con el raso. Es decir le atribuye sus cualidades: suave, lisa, brillante, bella, etc. Con ello quiere decir que esa tarde primaveral era para él tranquila, acogedora y bella.
Anteriormente he dicho que la temática modernista apunta en dos direcciones. Por un lado la que tiende a la exterioridad sensible y por otro la que apunta a la intimidad del poeta. A través de este poema vemos como Juan Ramón Jiménez sería un claro ejemplo de escritor de esa temática intimista a través de la cual expresa su vitalismo y sobre todo su melancolía y su angustia.
Por ello aunque los temas de su libro Elejías lamentables, se mantienen en el lirismo característico, el fervor de la belleza natural, el amor, la tristeza, los pájaros, las flores, temas todos ellos decididamente modernistas, son tocados por el autor de manera muy personal. Además los poemas de este libro, como en este caso, tienen un fondo común de imágenes de la naturaleza a través de las cuales se expresan diversos estados de ánimo.
Como he dicho anteriormente Juan Ramón se vio influenciado enormemente por el Simbolismo francés. De este modo adaptó tanto sus características de estilo como su visión del mundo aunque interpretada de forma personal. Juan Ramón Jiménez creía que tras la apariencia de las cosas hay una esencia absoluta y eterna que existe independientemente de la conciencia humana, y que el poeta puede poseer el privilegio de tener intuiciones de esa esencia inmanente en su experiencia cotidiana. Para él la poesía era además un medio para buscar su propia salvación personal, lo que hace su obra difícil, de un gran autoanálisis y a veces, hermética.
A partir de la tristeza de contemplar las cosas vivas como cosas que morirán, o de la melancolía de los comienzos bellos y esperanzadores -primavera, amanecer, etc.- que conocerán pronto su final, Juan Ramón Jiménez consigue un poesía hermosa. Su actitud ante estos signos de vida y esperanza es de frustración, y a veces, de odio, porque la esperanza que transmiten es engañosa.
Un símbolo de vida, para Juan Ramón Jiménez es antes que nada un símbolo de lo que tarde o temprano morirá. De esa forma se aleja de ellos buscando a sus opuestos, entre los símbolos de muerte algo más verdadero, más próximo a la esencia eterna y absoluta dentro de la temporalidad que es su objetivo.
Con todo ello podemos ver que aunque en su primera etapa como escritor se ve influenciado por el Modernismo, su Modernismo es del tipo intimista, como he dicho anteriormente, y orientado hacia la contemplación y la confesión sentimental.
Poco a poco irá evolucionando hacia sus otras etapas en que se dedicará por completo a la búsqueda de Belleza y Absoluto de manera que se convertirá en un poeta de excepcional sensibilidad, movido de las más exigentes inquietudes estéticas y de continua capacidad de renovación.
Comentario hecho por un alumno de 18 años -Nivel  Bachillerato/Selectividad

COMENTARIO DE TEXTO DE ANTONIO MACHADO

A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo 11A
y en su mitad podrido, 7b
con las lluvias de abril y el sol de mayo. 11 A
algunas hojas nuevas le han salido. 11B
¡El olmo centenario en la colina 11 C
que lame el Duero! Un musgo amarillento11 D
le mancha la corteza blanquecina 11C
al tronco carcomido y polvoriento. 11 D
No será, cual los álamos cantores 11 E
que guardan el caminojy la ribera. 11F
habitado de pardos ruiseñores. 11E
Ejército de hormigas en hilera 11 F
va trepando por él, y en sus entrañas 11 G
urden sus telas grises las arañas, 11 G
Antes que te derribe, olmo del Duero. 11 H
con su hacha el leñador, y el carpintero 11 H
te convierta en melena de campana. 11 I (i)
lanza de carro o yugo de carreta: 11 J
antes que rojo en el hogar, mañana. 11 I (i)
ardas de alguna mísera caseta, 11J
al borde de un camino; 7K
antes que te descuaje ujn torbellino. 11 K
y tronche el soplo de las sierras blancas; 11 L
antes que el río hasta la mar te empuje 11-
por valles y barrancas, 7 l (ele)
olmo quiero anotar en mi cartera 11F
la gracia de tu rama verdecida. 11M
Mi corazón espera 7f
también, hacia la luz y hacia la vida, 11 M
otro milagro de la primavera. 11 F
Antonio Machado Campos de Castilla

COMENTARIO DE TEXTO
2.-Métrica
Este poema está formado por treinta versos de arte mayor y menor, ya que son de once y siete sílabas (endecasílabos y heptasílabos) pero sin seguir ninguna regla aparentemente. Sin embargo, al tratarse de una combinación de versos de 7 y de 11 que riman a gusto del poeta, estamos ante una silva, modelo estrófico clásico que admite incluso laposibiidad de que algún vero quede suelto, como ocurre en este poema.La rima es consonante, menos en el verso vigésimo cuarto, que es un verso suelto, no rima.
Es encadenada menos en los versos 13 y 14, 15 y 16 y 21 y 22, en los que es abrazada.Se producen encabalgamientos entre los versos 5 y 6, 16 y 17, 24 y 25, 28 y 29.
3.-Argumento
A causa de su amor por la tierra de Castilla, el autor encuentra en éste un tema para su poesía, y en el caso concreto de este poema, se centra en la descripción de un olmo, que es una especie de árbol que abunda en el país, el cual se halla en la ribera del río Duero, de manera que consigue crear la imagen de un paisaje en la mente del lector, además de transmitir la pena que da el árbol agonizante, que ya es viejo y será destruido, ya por causas climáticas como por el hombre, pero también trayendo una brizna de esperanza por el hecho de la aparición de unas hojas nuevas.
4.-Tema.
Descripción sensible y patética de un viejo olmo, del cual resurge la vida gracias a la primavera.
5. Estructura
Este poema se divide en tres partes:La primera llega hasta el verso decimocuarto, en la que hace una descripción general del estado del árbol, y de su situación y entorno, citando también la aparición de las hojas nuevas con la llegada de la primavera, y también lo compara con otra especie, los álamos.
En la segunda parte, que ocupa casi todo el resto del poema exceptuando los tres últimos versos, el poeta expresa su deseo de dejar constancia escrita de la aparición maravillosa de esas hojas entre tanta muerte y podredumbre, después de haber citado todo lo que puede ocurrirle al árbol en tal estado.
Los tres últimos versos formarían la tercera y última parte, ya que en ellos no se habla ya del olmo, sino que se expresa un deseo una esperanza.
6. Análisis de la forma partiendo del fondo.
Antonio Machado, un hombre serio, introvertido y solitario, cuyas principales preocupaciones fueron meditar, pasear, leer, asistir a tertulias y escribir, compuso este poema posiblemente durante alguno de sus paseos por el paisaje castellano, uno de los principales temas de su poesía. En este caso, sus escritos van dirigidos a un árbol, en concreto a un olmo,[especie abundante en España} del que consigue extraer,
con sencillez, detalles y reflexiones que se asemejan a la realidad del ser humano, porque en la obra a la que pertenece este poema, el autor reflexiona sobre los grandes temas de la existencia humana, angustiándose por el paso del tiempo y la muerte, tal vez a causa del fallecimiento de su esposa Leonor.
Así que, en este poema a comentar se puede hallar, bajo la simple apariencia de una poética descripción de un árbol de su amada Castilla, un segundo sentido, pudiéndose comparar con una vida humana, o mejor dicho, con cualquier vida de un ser humano, con su primera exuberancia de juventud, la madurez y el posterior deterioro con el paso de los años.Pero no todo el poema gira solamente en tomo a la idea del envejecimiento de las cosas o personas, sino que el poeta precisamente se centra, entre la ruina del olmo, en una pequeña esperanza de resurgimiento de la vida, en forma de hojas verdes nuevas con la llegada de la primavera, del mismo modo que cuando nosotros muramos otros ocuparan nuestro lugar en la humanidad.
Al principio del poema, se hace una descripción del protagonista, el olmo, el cual es ya viejo y las vicisitudes de su existencia, en este caso climáticas lo han. dejado malparado, ya que está:
“…hendido por el rayo y en su mitad podrido,”
es decir, le cayó un rayo encima que lo dejó casi destruido y además está podrido por dentro hasta la mitad. En estos dos primeros versos hay una gran utilización de los fonemas /o/, /i/, /e/, /d/ y con esta aliteración se produce una sensación de patetismo y desolación.
Pero tras esta primera triste imagen, se da paso a un hecho que es importante para el yo poético:
“con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.”
Utiliza un hipérbaton para cambiar el orden normal de la frase y damos al final un elemento alegre o esperanzador en contraposición con la anterior desolación. Y da un rodeo (perífrasis) para situarse en el tiempo en el que ha ocurrido la salida de esas hojas verdes, que es, aunque se sobreentiende, la primavera.
Él lo expresa mediante dos hechos característicos de esta estación: las frecuentes lluvias del mes de abril y la posterior llegada del buen tiempo en mayo.
Como ya se ha dicho, el poeta siente gran estima por las tierras altas de Castilla y en el poema nos situa al olmo, del cual hace otra vez referencia a su edad, calificándolo ahora de “centenario”:
“…en la colina
que lame el Duero!…”
Los signos de admiración dan más énfasis la frase, auydándonos a comprender lo que para el autor significa aquella tierra, Se produce un paréntesis en la parte descriptiva para damos una rápida visión del paisaje que está contemplando o que ha contemplado muchas veces y tiene grabado ya en la memoria, de manera que en nuestra mente se coloca ya al olmo en un ambiente, y no como se nos presenta al principio, en un entorno sombrío y solitario. Además, la colina en la que se encuentra el olmo está junto a un río, el Duero.
El yo poético lo expresa con el verbo “lamer’, es una prosopopeya ya que la colina no tiene lengua, pero esta expresión acerca más la colina al ríoío que si por ejemplo utilizara la expresión “al lado” o “junto”. Y este hecho, que la colina y el olmo estén tan cerca del río, embellece y da más vida al paisaje que se ha creado en nuestra mente, por estar el río siempre en constante movimiento y ser el agua símbolo de vida.La descripción que sigue del olmo parece que tenga diversas partes diferenciadas, ya que primeramente utiliza gran cantidad de adjetivos que nos ayuden a ver en qué estado tan lamentable se encuentra éste:
“…Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
“Por la forma en que está construida esta frase, ésta toma velocidad, es decir, sepronuncia rápidamente, y jugando con los fonemas de los adjetivos (aliteración) /a/, /e/, /i/, /o/ nos produce una sensación desagradable, de podredumbre, de manera que queda relacionada con la descripción inicial, en la que ya se nombra este hecho. Posteriormente, el yo poético compara al pobre olmo con otros árboles, los álamos.
Estos árboles son de altura considerable y también se encuentran a los lados de los ríos y los caminos, como el yo poético indica, de manera que parece que los- guarden, que los protejan, aunque claro, eso no es posible ya que se trata de seres inanimados (prosopopeya). Además, él califica a estos ‘árboles de “cantores”, pero en realidad no se está refiriendo a los árboles en sí, sino a los pájaros que habitan en ellos, que no se ven escondidos entre las ramas y las hojas, pero que en cambio sí puede oírse su música, como si saliera de los árboles en los que habitan. Pero el yo poético los cita solamente para poder compararlos con su destartalado olmo y pasándose al tiempo futuro, lo ve completamente solo, sin ningún pájaro, en este caso ruiseñores, famosos por su alegre canto, que quiera habitar en él para darle vida y alegrarlo con su música. Después vuelve con su olmo para describir como un:
“Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él,…”
Naturalmente, no se trata de un ejército de tales insectos, pero los compara metafóricamente con uno porque sempre se encuentran juntas en gran número y porque su organización, como la de las abejas, es perfecta, sabiendo cada una lo que debe hacer.
Además, estos versos sirven para indicar, como los anteriores, que los únicos seres vivos que quieren vivir en él son las hormigas silvestres, que se alimentan de inmundicias, y las arañas, las cuales “urden”, es decir, tejen sus telas en las “entrañas”, en el interior podrido del árbol.
Aunque el yo poético habla del olmo en tercera persona hasta la mitad del poema, convirtiéndose estos versos en una descripción del estado del árbol, posteriormente se dirige al árbol como si éste pudiera contestarle, apostróficamente. De este modo, con este recurso, parece que le esté diendo alma al ser vegetal, de manera que al referirse al árbol, éste pierde un poco su situación de ser irracional, pareciéndose más a una persona y siendo más capaz de transmitir sensaciones al lector, como si se tratara, en su imaginación, de un anciano a punto de morir.
En todo el resto del poema hasta el final, excluyendo los tres últimos versos, el yo poético cambia el orden normal de la escritura (hipérbaton), en la que el sujeto y el verbo van primeros, seguidos de los complementos correspondientes. Este recurso lo utiliza para exponer, antes de la conclusión, todo lo que puede ocurrirle al olmo en su estado. El modo verbal cambia a subjuntivo, expresando la posibilidad, ya que el yo poético no sabe realmente lo que ocurrirá.
Al principio de cada uno de esos hechos que expone, utiliza el adverbio “antes” como anáfora, de manera que ya se supone que el yo’ poético quiere expresar un deseo o voluntad antes de que ocurra alguna de esas cosas, pero este deseo no se nos es revelado hasta cash el final del poema, finalizando ya toda la narración aunque después haya una pequeña reflexión personal .El primer caso que expone es:
“Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;”
Cambiando el orden normal de la frase, lo que primero se le aparece al lector es el verbo, en este caso “derribar”, de manera que éste ya se da cuenta enseguida de las cosas horribles que pueden ocurrirle al pobre árbol, después de haber sentido el patetismo de la descripción anterior. En este caso el que derriba al olmo es el leñador, para que después el carpintero lo transforme en algo útil. No puede utilizarlo para hacer cosas hermosas, ya que su madera no está en buen estado, así que el yo poético nos enumera algunos instrumentos de madera sencillos, que sean de utilidad y no para decorar y ser vistos, como por ejemplo los muebles, sino la melena de una campana, es decir, el armazón de madera que va unido a ella y que sirve para voltearla, o instrumentos que se utilizan en el campo, como una lanza de carro (la vara de madera que va unida por uno de sus extremos al juego delantero de un carruaje y sirve para dirigirlo) o un yugo de carreta (instrumento al cual, en forma de yuntas, se unen los animales de labor). Otra de las cosas que podría pasarle es que acabara ardiendo en un fuego tierra. Con el adverbio “mañana”, utiliza una metonimia, ya que no se refiere en realidad al día siguiente sino a cualquier día futuro.
El yo poético se vale de una metáfora, “rojo”, para describir el hecho que se estaría quemando. Pero en realidad, para el yo poético lo triste no es que acabara quemado, sino que ardiera en “alguna mísera caseta” seguramente de algún labrador que vive en el campo como indica el verso:
“al borde de un camino;”
y no en la ciudad, en la casa de alguien bien acomodado. Ese sería el verdadero deshonor.
Seguidamente da paso a otra posibilidad, al hecho que fuera arrancado por un torbellino. El término “torbellino” puede tener dos significados, ya que el árbol se encuentra en la ribera del Duero y el movimiento de las aguas de un curso fluvial
recibe el nombre de torbellino, al igual que el movimiento de rotación del aire. El verso:
” y tronche el soplo de las sierras blancas;”
podría explicarse si el poeta o el paisaje que describe se encontrara en el paso del Duero por Soria, ya que ese “soplo” podría traducirse por el aire frío que llega de las montañas nevadas del Sistema Ibérico, o si o puede ser que el yo poético se refiera a la futura llegada del invierno.
Y el último caso que expone es que el olmo pueda ser arrastrado por la fuerte comente del río, que se encuentra en su curso alto y tiene abundante caudal, hasta que éste lo dejara en el mar tras su larga travesía, pasando
“por valles y barrancas,”
Finalmente, el yo poético nos hace conocedores de su deseo. El lo expresa en los dos versos siguientes:
“olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.”
Después de haber visto el estado lamentable del olmo y la pequeña chispa de vi que de él brotaba, el yo poético desea guardar un recuerdo escrito del maravilloso hecho.
Pero en realidad, aunque parezca una contradicción, ya lo ha hecho en el mismo poema, de manera que ha dejado esta frase para el final, cuando ya ha hablado extensamente del árbol, y parece que el poema no haya sido compuesto intencionadamente, sino simplemente en la mente del autor. Este recurso expresivo da sinceridad y veracidad al poema. El yo poético, aunque ha descrito todo el árbol en general, en la idea principal en la que quiere centrarse y con la que quiere terminar el poema es en la aparición de esas nuevas hojas verdes, con la gracia de tu rama ‘Verdecida.” es decir, la hermosura de una rama a la que califica de “verdecida”, o sea, coloreada por el vivo color verde de las hojas nuevas. En los tres últimos versos parece que el yo poético se aparta ya un poco del tema concreto del olmo :
“Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.”
Estos tres versos parecen reflejar algún deseo o esperanza del yo poético, como todo el poema anterior hubiera sido un ejemplo para él mismo que le ayudara animarse y a mantener la esperanza.Cuando dice “mi corazón” se está refiriendo a su alma, a sus sentimientos, a él mis El yo poético utiliza el recurso de la metonimia, de tipo la parte por el todo. Y “espera”, dice,”otro milagro de la primavera.”,siendo el primero la aparición de las hojas verdes en el árbol muerto, pero en reali no se llega a descubrir que es lo que está esperando, aunque, eso sí, debe ir”…hacia la luz y hacia la vida,”
Tal vez se refiere a la aparición de una nueva vida, mientras otra se va al final de vejez. Y el término primavera podría tener un doble significado, refiriéndose metafóricamente a la juventud, fresca y vital.
Quién sabe si el poeta Machado recordaba su infancia y su juventud mientras paseaba por la orilla del Duero.
Campos de castilla
Comentario hecho por un alumno de 16 años-Nivel: Bachillerato, Selectividad
NOTA: Adviértase que no se capta el sentido real de este texto por falta de conocimiento acerca de las circunstancias de su creacion. Antonio Machado compuso esta poesía cuando su mujer, Leonor, estaba enferma de tuberculosis en una fase irreversible. El milagro que espera es su ya imposible recuperación.

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