domingo, 8 de abril de 2018

Comentario de texto "Romance de la Pena Negra" García Lorca

Romance de la Pena Negra
Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.


Resultado de imagen de monte oscuro

Cobre amarillo, su carne,                    5
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?               10
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,                      15
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota                      20
en las sierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón                         25
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.                      30
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache, cama y ropa.
¡Ay mis camisas de hilo!
¡Ay mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo                       35
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.
Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.                      40
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto                    45
y madrugada remota!
RESUMEN:
Al amanecer, Soledad Montoya baja del monte.  Es una mujer en plenitud. Una voz le pregunta por su búsqueda. Soledad responde a la defensiva, va a buscar su propio destino, a intentar ser feliz, algo que solo a ella importa. Pero su interlocutor parece conocerla, vaticina cómo sus deseos acabarán por destruirla. Soledad se lamenta por su sino, por su potencia inútil y desaprovechada, por esa pena que la condena en vida. La voz, tras desearle que halle la paz,  trasciende ese penar en soledad a todo el pueblo gitano. Mientras, la naturaleza sigue su curso en el amanecer.
ESQUEMA:
El poema, en cuanto al desarrollo del contenido, se ha estructurado en tres partes diferenciadas por el modo de expresión:
1: Descripción del amanecer y de Soledad Montoya (v. 1-8)
………………..1.1.  Localización temporal: amanece (v.1-4)
………………..1.2.       Descripción física de la protagonista (v. 5-8).
2: Diálogo: una voz interpela y dialoga con la protagonista.
2.1. Pregunta sobre el destino: se busca a sí misma y su felicidad. (v.9-14).
2.2.La voz lamenta el  destino que aguarda a Soledad: las pasiones la arrastrarán a la fatalidad (v. 15-18).
2.3. Soledad se lamenta de una pena inevitable, que nace de la tierra (v. 19-22).
2.4. La voz se hace eco de su lamento (v.23-26).
2.5. Soledad describe la condena –el luto- de sus dones por la pena (v.27-34).
2.6. La voz le desea que cese su sufrimiento.
3: Descripción y elevación a símbolo del personaje:
3.1. Avanza la luz del amanecer en el paisaje (v. 39-42)
3.2. Lamento por la pena misteriosa que condena a todo un pueblo (v.43-46).
La estructura externa desarrolla la forma de romance, versos de ocho sílabas con rima asonante en los versos pares. Visualmente, se han separado los siete últimos versos, que corresponden a la última parte descriptivo-exclamativa (3).
En cuanto a la estructura interna, el texto presenta un esquema muy teatral. Se inicia a través de la descripción, una pincelada temporal y de paisaje y la descripción física del personaje protagonista (1), sería el equivalente a la acotación inicial en un texto de teatro para puesta en situación del espectador. A continuación se desarrolla el diálogo entre la voz y Soledad (2), el cuerpo principal del texto. Por último, regresamos a través de la descripción del paisaje y el amanecer (3) a una última reflexión de esa voz que ha intervenido interrogando e identificándose con la protagonista.
TEMA: La pena  irracional pero inevitable de Soledad.
ALGUNAS CLAVES INTERPRETATIVAS DEL TEXTO:
1: EL CABALLO: En Lorca, el caballo es el símbolo de las pasiones, de los sentimientos. El jinete, en cambio, simboliza la razón que domina esas pasiones y trata de conducirlas. De ahí que cuando el caballo se desboca, es cuando las pasiones son tan fuertes que desoyen a la razón para seguir sus ciegos instintos. Así entendemos la carga erótica del caballo encabritado o desbocado, cuando se refiere al deseo amoroso, o la carga siniestra de violencia cuando se refiere a la venganza; en cualquiera de los casos, simboliza el ser ciego por sus instintos a los que da rienda suelta.
2: EL MAR: Desde Jorge Manrique, el mar simboliza con mucha frecuencia la muerte (“nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir…”). En el poema, la voz vaticina cómo las pasiones acabarán por llevarla hasta la desgracia o la muerte ¿propia? Una de las claves de este poema es el misterio. El poeta no lo resuelve, no quiere resolverlo, porque multiplica así el efecto sugestivo. Con frecuencia tendemos a interpretar que alguien ha muerto, quizá su marido -me estoy vistiendo de luto-, pero no es sino una posible interpretación. Lo cierto es que la muerte acecha amenazante en la escena “la pena negra brota…” como si formara parte integrante y necesaria del paisaje, connatural a esta tierra y a estas gentes. Estoy seguro de esto porque el propio poeta lo afirma así en la conferencia recital del Romancero gitano en el Ateneo de Madrid -ver entrada del Romancero gitano en este mismo blog- cuando presenta este poema.
El poema parece anticipar el cuadro teatral de Bodas de sangre, donde la pasión irracional de la mujer -caballo desbocado- lleva a los personajes protagonistas -Leonardo y el marido- a la muerte -el mar- condenando a la protagonista a la “soledad y el luto”, el destino de las mujeres en esta tierra, según la escena final de la obra.
3: EL PUEBLO GITANO:
El pueblo gitano vuelve ahora a ser un símbolo, como en todo el romancero. Simboliza a todo el pueblo oprimido y marginado. Simboliza, a través de él, a la Andalucía profunda y olvidada -ver Conferencia-recital-. De ahí que en la exclamaciones finales, trascienda al personaje como ente individual y le otorgue en el poema este valor simbólico. La pena descrita es la que afecta como una maldición a toda la raza, a todo un pueblo.
4: SOLEDAD: EL NOMBRE:
También el nombre es simbólico. A Lorca le gusta manejar nombres que se trascienden a sí mismos y nos ofrecen claves del personaje -recuerda la importancia de los nombres en La casa de Bernarda Alba, por ejemplo-. Soledad es la condena, inexplicada, permanente, rigurosa de pueblo marginado. Lorca lo condensa en un solo personaje, femenino. Lo tiene todo, está en plenitud, es joven -su pecho, sus muslos, su color y su piel- pero es una plenitud condenada a la soledad, a no poder encontrar su destino. No hay un porqué, es simplemente así. Angustia permanente en la Soledad.
5: LOS COLORES: El negro se asocia al luto, al dolor. Con frecuencia anticipa la muerte. La pena negra, en el poema es la pena que anuncia, anticipa o sigue a la muerte que nos condena a la soledad. También la novia en Bodas de sangre viste de negro, y es negra la jaca que conduce al jinete hacia Córdoba, como preside el luto la casa de Bernarda tras la muerte del marido. Pero no deja de ser un factor más de ambientación para sobrecogernos en el misterio de lo que le ocurre a la protagonista. Algo va a pasar, algo ha pasado, algo debe explicar la desesperación de esta mujer y el ánimo y consuelo que la voz trata de transmitirle, pero ¿qué? Es la misma sensación de desesperación que puede experimentar Adela viéndose enterrada en vida en la casa, condenada a estar siete años sin salir por respetar la tradición del luto, mientras va haciéndose vieja, lamentando cómo toda su juventud acabará marchitándose inútilmente.
Lo precioso del poema es que no pasa del plano sobrecogedor de lo intuitivo. Déjate envolver por el misterio. No trates de comprenderlo. Comprueba cómo a cada lectura, los matices y los significados se multiplican y permanecen. Vuelve ahora a leerlo después de estas pinceladas. Ya ha cambiado.
José Carlos Aranda Aguilar.

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